Un día con la Nonna!!

Ayer viví la maravillosa oportunidad de acompañar a la Nonna, en un día de cocina. La jornada que empezó siendo un simple ofrecimiento de ayuda, se convirtió en una experiencia grandiosa e inolvidable.

Fue un día en el que pude participar de una inmensa cantidad de aprendizajes y vivencias; fue el momento en el que pude compartir con una persona de 82 años que irradia tanta energía y simpatía que es contagioso. Fue el tiempo para ver un estilo y actitud hacia la vida que espero poder llegar a tener, no cuando cumpla 82 años sino desde ahora. La verdad, que alegría haber podido vivir este día.

Las recetas y preparaciones que practiqué y aprendí junto a la Nonna, me las llevo en mi memoria y por escrito. Espero algún día tener la suficiente energía y vida para trasmitirlas tal como lo hicieron conmigo.

Gracias Nonna!!

Pasajero venezolano… acumula millas de viajero!!

He escuchado innumerables historias y anécdotas de tequeños que han viajado alrededor del mundo, para terminar en la boca de algún venezolano nostálgico que desea saborear y recordar el sabor de su tierra y su gente.

Más de algún “truco” y peripecia se conocen los venezolanos para llevar bandejas de este suculento pasapalo sin ser detectados por los inspectores aduaneros. Escondidos en la maleta, debajo de la ropa, llevados con mimo y cariño en el carry on, empacados al vacío o envueltos en material aislante, son algunas de las formas más recurrentes para preservar la esencia, de sabor y textura, de los “tequeños viajeros”.

Los venezolanos de afuera, esperan con ánimo que la mamá, la abuela, el primo, el tío o cualquier conocido de confianza vayan a visitarlos, y que entre la alegría de la bienvenida, se cuele la sorpresa de unos tequeños listos para freír y disfrutar.

Para todos aquellos que están lejos de nuestra tierra y que añoran un buen tequeño, acá les mando la receta para que experimenten no solo comiéndoselos, sino también aprendiendo el arte de hacerlos y prepararlos a su gusto.

Que los disfruten!!

Ingredientes

500 gr. de harina
250 gr. de mantequilla
1 huevo
1/2 cucharada de sal
Agua
Queso duro blanco cortado en palitos de unos 7x2 cm.
Abundante aceite

Preparación

1. Colocar la harina en forma de corona, añadir la sal, mantequilla y el huevo, y mezclar muy bien. (Esto quiere decir, que se mezcla hasta que estos ingredientes se integren)

2. Añadir poco a poco agua tibia para formar una masa suave y elástica, amasar muy bien y dejar reposar por lo menos ½ hora.

3. Cortar la masa en dos trozos y colocar en un mesón amplio. Tener un rodillo a la mano para extender la masa, espolvorear un poco de harina en el mesón y extender de forma pareja hasta que la masa este fina.

4. Cortar tiras uniformes, y con ellas forrar los palitos de queso muy bien, procuren estirar la masa muy bien al forrar los palitos y no dejar huecos para que no se escape el queso.

5. Freir y Listo!!

TAIKO… Al estilo Japonés!!

El domingo pasado, junto a nuestros amigos Idalia y Manuel, fuimos al restaurante “Taiko”. Había oído hablar de este lugar en muchas oportunidades, y desde hace algún tiempo le debía una visita.

Lo que encontramos al llegar fue una muy grata sorpresa. El local esta dividido en dos ambientes; el salón principal donde se distribuyen unas 20 a 25 mesas, el bar y sus empleados, seduciendo la mirada de quienes observan la preparación de los cócteles; el espacio para la elaboración de los “roles”, donde el espectáculo cobra vida; y mesoneros sonrientes y amables que caminan de un lugar a otro atendiendo las mesas. Si bien este escenario pudiese observarse en la mayoría de los restaurantes de tendencia japonesa de la ciudad; lo especial de este lugar se consigue luego de atravesar el salón principal, allá al final, cuando ya pareciera acabarse el espacio, se encuentran tres habitaciones privadas, imitando la concepción nipona del hogar. Estructura de madera, piso de parquet, puertas corredizas y diseño destacado por su minimalismo, se encargan de crear una excelente atmósfera gastronómica.

Antes de poder ingresar a la habitación, el mesonero nos solicitó cordialmente que debíamos quitáramos las zapatos y colocarlos en una zapatera que se encuentra en el mismo lugar. Al entrar, se podía imaginar estar en una aldea japonesa, dispuesto a aprender y disfrutar lo grandioso de esta cultura. Un jardín Zen, una pequeña mesa y sillas a nivel del suelo, fueron la escena perfecta para disfrutar. A partir de ese momento, la experiencia gastronómica se inició y cobro mayor fuerza con cada minuto que trascendió en ese lugar.

Una carta extensa y variada demostraba atención a los diferentes gustos; entradas calientes y frías, sopas, para picar, roles, platos principales y postres fueron el guión de una obra llamada “delicias”.

Esta vez nuestro pedido fue práctico y sencillo; la tradicional ensalada wakame, roles recomendados por la casa, yakitoris y shumais. Todo extremadamente sabroso!!

La mayor sorpresa fueron los postres, con una variedad de 5 postres, nos decidimos por la “Galleta Taiko” y el “Helado Frito de Té Verde”, ambos se convirtieron en gozo en cada bocado.

La verdad, es que ya estamos haciendo planes para volver a ir…

Barras de Energía

Siempre he escuchado decir a muchas personas, que no pueden “funcionar” sin su merienda de mitad de mañana o de mitad de la tarde. Si bien no soy una de esas personas, porque considero que tres “buenas” comidas al día son suficientes; si estoy de acuerdo con que alimentarse es un placer, y para aquellos que prefieren hacerlo 5 veces al día, mucho mejor.

Una de las principales defensoras y promotoras de las meriendas matutinas y vespertinas que conozco, es mi esposa Mafe. Desde hace algún tiempo descubrí en ella el ritual de la merienda, y desde aquel entonces decidí prestarle más atención a tal acto del día a día.

Empecé a notar que es una actividad extendida entre la población; desde los recreos en el colegio hasta la reunión de gerentes, la tertulia casi siempre se acompaña con algún “dulcito”, antojo o capricho.

Algunos dicen que es por ansiedad, otros dicen que es por estrés; algunos dicen que es para recuperar energía y algún otro dirá que es para darse un gusto. Sin importar cual sea la causa o el fin, la merienda debe nutrirnos de energía positiva.

La variedad de “balas frías” es quizás tan extensa como la cantidad de calorías y grasas que aportan a nuestro cuerpo. Papitas fritas para el lunes, galletas para el martes, torta para el miércoles en la mañana y chocolate para la tarde. Así sucesivamente nuestro cuerpo se va cargando de lo que necesitamos, pero sobre todo de lo que no necesitamos.

Es por esto que recomiendo a los partidarios y adictos de las meriendas, que prueben las deliciosas, crujientes y saludables barras “Nature Valley”. Desde que las probé por primera vez, no he dejado de consumirlas, hasta el punto de convertirse en mi postre favorito del día a día. La variedad de sabores da para todos los gustos, y la calidad es extraordinaria.

La próximas vez que anden de compras en el supermercado, al pasar por el pasillo de los cereales, tomen una caja de “Nature Valley” y disfruten.

Días de publicación!!

A partir de esta semana que inicia, empezaré la publicación de artículos los días Martes, Jueves y Sábados.

Cachito que evoluciona!!

La palabra “Light” se apoderó de los anaqueles, de los comerciales de televisión, los anuncios de revistas, la radio y en definitiva; todo el mundo gastronómico ha sido influenciado por estas 5 letras que juntas no forman una palabra, sino un estilo de vivir y entender la gastronomía.

Las empresas se dieron cuenta, la ciencia también; empezaron algunos pocos, y hoy en día somos muchos los que asumimos la vida “Light”; la que muchos prejuzgan de riesgosa y engañosa, y que no están del todo equivocados.

Gastronomía “Light”, no es tomarse 4 Coca-Colas al día porque son “Diet”; no es comerse unos chicharrones fritos, porque se frieron en aceite de oliva; ni tampoco vaciarse una bolsa de papitas fritas porque tienen 30% menos grasa que su presentación original, cuando la cantidad de grasa de esta, supera en más del 100% la cantidad que el cuerpo de un humano promedio requiere.

Comer “Light” no es hacer dieta; ni tampoco comprar productos solo porque el empaque dice que contienen menos azúcar, grasa, preservativos o aditivos.

Llevar una vida ligera es priorizar la nutrición al considerar la alimentación, no importa sí se es alto, flaco, bajo, mujer, hombre, niño, joven, adulto, o anciano. Se trata de sentirnos bien, y de proporcionar a nuestro cuerpo y nuestra alma, los sabores, texturas, imágenes, sonidos y olores que nos nutran.

No estoy en contra de los que se oponen a los productos “Light”; me complace el placer que muchos consiguen al consumir productos que jamás podrán ser considerados ligeros; no intento convencer a nadie del bien o el mal de cualquiera de las tendencias alimenticias que existen, ni muchos menos pensar o afirmar que la verdad esta de mi parte.

Creo en la variedad, en la posibilidad de que existan muchas opciones para satisfacer los diferentes gustos. Creo que los Celíacos, los Vegetarianos, los Diabéticos y muchos otros, merecen el mismo placer que cualquiera, al consumir los alimentos que le apetecen, y pueden comer.

Es por esa razón, que al entrar en algunas panaderías, me alegra el hecho de ver 4 variedades de “cachito”; el tradicional, el integral con pavo, el de queso y el de jamón y queso.

Es así como el cachito a tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, es así como el cachito se ha diversificado, y a fin de todo… ha evolucionado!!

Fruto del Esfuerzo!!

Año tras año se repite la historia… Niños, jóvenes, adultos, por lo general hombres, se dedican a saquear a la Mangífera, en la búsqueda de su fruto carnoso, sabroso y refrescante.

“El melocotón de los trópicos” o mejor conocido como “el mango”, es el premio, la recompensa y el regalo que nos hace la naturaleza cada año, cuando la lluvia amenaza y el calor se acrecienta.

Hoy observé a mis primeros “saqueadores de mango” de este año. Eran 6 colegiales vistiendo camisas azules, que con su mango verde en mano, buen ojo, brazo joven, y relajo propios de esta edad, se dedicaban a intentar atinarle a los frutos más coloridos, que con su tonalidad amarillo intenso, reflejaban estar en su punto perfecto de madurez.

Fueron 5 minutos que me detuve a presenciar esta imagen que se repite por toda Venezuela entre los meses de Mayo a Julio. Fueron 5 minutos de un bombardeo incesante a la pobre “mata de mango”. Fueron 1,2,3,4,5 minutos de puntería puesta a prueba. Fueron 5 minutos de lucha, entre la resistencia de la planta y la fuerza del lanzamiento. Fueron tiempos en los que el “esfuerzo dio sus frutos”. Fue el momento para disfrutar de un buen mango!!

Sólo 3 colegiales aceptaron que les tomará fotos mientras hacían su acto, con la única condición de que si yo era un periodista, debía publicar las fotos en el periódico. Les comente que no era un periodista, pero que igual escribiría sobre ellos; y de regalo me dieron mi primer mango del año!!

Literatura Gastronómica!!

Conseguí la información de estos 2 libros en la web!! A partir de mañana empieza la búsqueda…

1000 Diseños de Restaurantes, Bares y Cafés

Eating & Designing

Señor me da un rustico... por favor!!??

La verdad es que con ese nombre, se puede imaginar cualquier cosa. Pero así le llaman ocurrentemente a una especie de “pizza invertida” que ofrecen en el Centro Italo Venezolano.

Consiste en hornear la masa de pizza, esperar a que “levante”; cuando esta lista retirarle la masa interior y rellenar con los ingredientes de su gusto. La apariencia es un poco “rustica”, sin embargo, la textura de la masa; el sabor y la frescura de los ingredientes se entrelazan para lograr una grata experiencia gastronómica.

Y como postre… mejor imposible!! Un tiramisú preparado al estilo de la receta tradicional… una delicia!!

Refresca el espíritu!!

En esto días de “Lluvia Caliente” (así los llamo, por el calor que hace antes y después de que llueva), no hay nada mejor que degustar un delicado espumoso Pol Clement Demi Sec.

Las pequeñas burbujas de este espumante, estallan en la lengua estimulando los sentidos y activando nuestra atención para disfrutar cada gota.

Si tienen alguna celebración, quieren darse un gusto con familiares, amigos o su pareja, o sencillamente quieren premiarse por un día de éxito, entréguense al placer de esta bebida.

Salud!!

Acá les coloco la foto que tome… pero indudablemente la publicidad que hace la marca comercial es muchísimo mas provocativa!!

Queso en la Cumbre!!

Una de las razones principales que teníamos para conocer Carora, era la invitación que nos había hecho la Sra. Sonia Meléndez para visitar las instalaciones de la fabrica de queso de cabra “Las Cumbres”.

Si bien en un artículo anterior de este blog, me confesé amante eterno del pan, el queso sin duda alguna es mi segunda debilidad.

Motivado por la afición que tengo por el manjar blanco, hace algún tiempo descubrí los quesos de cabra “Las Cumbres” y desde entonces la verdad se han vuelto parte de mí. La textura, el sabor, el olor sencillamente es una invitación al placer, a descubrir por completo al producto, a incitar cada sensación que nos produzca un estimulo de satisfacción y en definitiva entregarse a la experiencia.

En esta empresa pude encontrar una mística de trabajo fascinante, un equipo de personas que realiza con pasión cada parte del proceso, una suerte de alquimistas que con su dedicación y constancia nos regalan, a los que consumimos este producto día a día, un pedacito de su ser y de su querencia por lo que hacen.

Aquí están algunas de las fotos de la producción y del personal.

Cuajada

"Trabajando" el queso

Listo para prensar

Para los quesos aliñados... que colores!!

El momento mas esperado... la degustación!!

El producto final!!

Mas productos!

El logo de la empresa

Carora: Un pueblo con encanto!!

Viajando por Venezuela fue como pude sorprenderme de la belleza de los paisajes que llevan a este lugar. Viajando por mi país fue que comprendí por qué somos la envidia de muchos habitantes del mundo. Viajando a Carora fue que descubrí un lugar sin igual.

El jueves tempranito salimos vía Occidente. Ya han pasado varios años desde la última vez que había tomado esta ruta para conocer los Estados Zulia y Falcón, en viajes que aún recuerdo con nostalgia y alegría.

Esta vez el punto final de nuestro trayecto era el Estado Lara. La verdad me tomó por sorpresa la belleza de los paisajes de esta zona; las tonalidades verdes que inundan el horizonte, el amarillo del Araguaney floreciente, las veredas y senderos que transmiten frescura y la sensación de vida que se percibe en cada respiro y cada parpadeo.

El camino se hace suave y ligero, como si fuese la perfecta antesala de algo mucho mejor. Al llegar a Carora se descubre un pueblo sencillo y sin grandes pretensiones, un lugar que se muestra tal y como es, que invita a quien lo visite a descubrir un mundo lleno de sorpresas.

Una de las muchas tantas sorpresas que me traje conmigo, fue el delicioso almuerzo que disfrutamos en la Posada Madre Vieja. En alguna oportunidad, había escuchado de este lugar, pero nada me hubiese preparado para la exquisita experiencia que vivimos.

Sin duda alguna, les recomendaría saborear la llamada “tostada especial Caroreña”. Este plato les hará recordar la razón de ser venezolanos, los llevará a una experiencia de olores y sabores tan auténticos, que sencillamente se entregaran al gozo y el disfrute de cada bocado. Como perfecto acompañante de esta delicia gastronómica, el “queso Cardenal”, es una explosión de gusto, que solo se encarga de acercarnos cada vez más, al punto del deleite.

En definitiva a Carora le debo más de un viaje, a este pueblo del occidente venezolano prometo volver!!