Viajando por Venezuela fue como pude sorprenderme de la belleza de los paisajes que llevan a este lugar. Viajando por mi país fue que comprendí por qué somos la envidia de muchos habitantes del mundo. Viajando a Carora fue que descubrí un lugar sin igual.
El jueves tempranito salimos vía Occidente. Ya han pasado varios años desde la última vez que había tomado esta ruta para conocer los Estados Zulia y Falcón, en viajes que aún recuerdo con nostalgia y alegría.
Esta vez el punto final de nuestro trayecto era el Estado Lara. La verdad me tomó por sorpresa la belleza de los paisajes de esta zona; las tonalidades verdes que inundan el horizonte, el amarillo del Araguaney floreciente, las veredas y senderos que transmiten frescura y la sensación de vida que se percibe en cada respiro y cada parpadeo.
El camino se hace suave y ligero, como si fuese la perfecta antesala de algo mucho mejor. Al llegar a Carora se descubre un pueblo sencillo y sin grandes pretensiones, un lugar que se muestra tal y como es, que invita a quien lo visite a descubrir un mundo lleno de sorpresas.
Una de las muchas tantas sorpresas que me traje conmigo, fue el delicioso almuerzo que disfrutamos en la Posada Madre Vieja. En alguna oportunidad, había escuchado de este lugar, pero nada me hubiese preparado para la exquisita experiencia que vivimos.
Sin duda alguna, les recomendaría saborear la llamada “tostada especial Caroreña”. Este plato les hará recordar la razón de ser venezolanos, los llevará a una experiencia de olores y sabores tan auténticos, que sencillamente se entregaran al gozo y el disfrute de cada bocado. Como perfecto acompañante de esta delicia gastronómica, el “queso Cardenal”, es una explosión de gusto, que solo se encarga de acercarnos cada vez más, al punto del deleite.
En definitiva a Carora le debo más de un viaje, a este pueblo del occidente venezolano prometo volver!!
El jueves tempranito salimos vía Occidente. Ya han pasado varios años desde la última vez que había tomado esta ruta para conocer los Estados Zulia y Falcón, en viajes que aún recuerdo con nostalgia y alegría.
Esta vez el punto final de nuestro trayecto era el Estado Lara. La verdad me tomó por sorpresa la belleza de los paisajes de esta zona; las tonalidades verdes que inundan el horizonte, el amarillo del Araguaney floreciente, las veredas y senderos que transmiten frescura y la sensación de vida que se percibe en cada respiro y cada parpadeo.
El camino se hace suave y ligero, como si fuese la perfecta antesala de algo mucho mejor. Al llegar a Carora se descubre un pueblo sencillo y sin grandes pretensiones, un lugar que se muestra tal y como es, que invita a quien lo visite a descubrir un mundo lleno de sorpresas.
Una de las muchas tantas sorpresas que me traje conmigo, fue el delicioso almuerzo que disfrutamos en la Posada Madre Vieja. En alguna oportunidad, había escuchado de este lugar, pero nada me hubiese preparado para la exquisita experiencia que vivimos.
Sin duda alguna, les recomendaría saborear la llamada “tostada especial Caroreña”. Este plato les hará recordar la razón de ser venezolanos, los llevará a una experiencia de olores y sabores tan auténticos, que sencillamente se entregaran al gozo y el disfrute de cada bocado. Como perfecto acompañante de esta delicia gastronómica, el “queso Cardenal”, es una explosión de gusto, que solo se encarga de acercarnos cada vez más, al punto del deleite.
En definitiva a Carora le debo más de un viaje, a este pueblo del occidente venezolano prometo volver!!
2 comentarios:
hola que tal... vivo en carora y me gusto mucho la forma en que por medio de este articulo se expreso de mi hermosa carora. me alegra inmensamente que haya disfrutado de su paso por estas tierras y aunque no los conosco espero que vuelvan pronto.
Hola. Muchas Gracias!!
En unos meses espero volver a Carora, nos mantendremos en contacto.
Saludos,
Álvaro Elías Insausti
Publicar un comentario